miércoles, 10 de diciembre de 2014

EL PUERTO DE LA CACA:




Los perros no tienen culpa. Los animales no tienen culpa. Se trata de la organización social que entregamos los humanos. El ordenamiento del desorden, del caos, de la selva. Muchas veces hemos conversado el tema de los perros en calles, de los perros (ejemplo) que salen con sus dueños por las calles de países europeos. Hay reglas allá, hay multas para quien no limpia el fecal de los animales. Es decir, hay que salir con bolsas para el depósito. Hace unos días me puse a observar a una señora por las calles de Valparaíso. Iba con su mascota. De repente se detienen. El perro (pequeño) deposita su caca un buen rato sobre el pavimento y luego salen ambos caminando con lentitud, como si eso fuera una norma establecida. Desde la perspectiva del adulto que soy, me pareció una escena horrible. Es probable que cuando niño no daba mayor importancia a esto, pero los años enseñan a mirar mejor y a darse cuenta de esta mierda por donde nos desarrollamos. El puerto está lleno de caca. Hay que caminar zigzagueando, de lo contrario te llevarías la horrible sorpresa y el hedor bajo  zapatos. ¿Es vida esto?. Entre los años 2000 a 2001, en una entrevista que hice al poeta Premio Nacional de Literatura, Efraín Barquero, él decía (esto está en el libro “Barquero en el puerto”) que antes de llegar a su casa de Yerbas Buenas, en el puerto, había sido atacado por un can, y que el fecal en las calles ya se hacía insoportable. De eso han pasado catorce años y todo sigue igual. Acá no se trata de matar perros para solucionar el problema, sino ponerse la camiseta (a las autoridades competentes) y hacer algo real (¡real!) por esta ciudad. Las promesas cansan.

Escrito por Carlos Amador Marchant, en diciembre 10 de 2014, en Valparaíso.

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