viernes, 16 de febrero de 2018

INGENUIDAD DE LOS HOMBRES


Lo ingenuo que fuimos cuando jóvenes, tuvo la rareza de esos días de intensas lluvias, justo en el momento que salimos a la calle sin paraguas. Nos propusimos, desde esa óptica, cambiar las rejas de la casa, cambiar portones, candados, pero todo estaba establecido, todo estaba soldado a perpetuidad, Fuimos ingenuos caminando en la calle sin paraguas. No sabíamos que el maltrato pasaría la cuenta tarde o temprano. Fuimos poco sabios al creer que el mar nunca devoraría nuestras chozas. Y los años fueron pasando sobre los zapatos, descosiendo todas las costuras transitorias.



Escrito por Carlos Amador Marchant, en 16 de febrero de 2018.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrega tu comentario con objetividad y respeto.