Desde
hace unos días, desde hace unos meses, más bien desde hace varios
años, vemos diversas-diferentes-formas de protestar en las calles de
Chile. Tal vez con antonomasia siempre dije -y he escrito crónicas
sobre esto- que llevamos dentro una tendencia brutal por imitarlo
todo. Y esta manera de protestar en las calles debe ser algo más de
lo mismo. No manejo antecedentes intrínsecos al respecto, solo
expreso, imagino. Quiero decir que hoy en día los jóvenes “bailan”
en las marchas. Se protesta por cosas extremadamente complicadas y
sensibles como la cesantía, los bajos sueldos, las jubilaciones
paupérrimas, los altos sueldos de muchos privilegiados, la
depredación de los recursos naturales, por ende la contaminación
del planeta, la corrupción, la inoperancia de gobiernos endebles, la
colusión, temas religiosos, el abuso extremo de los poderosos, temas
de salud pública y cientos y miles de problemas vigentes. Pero los
jóvenes salen a las calles a protestar, y bailan, además, y danzan.
No se trata con esto de llamar a la violencia, no, porque esta nunca
ha generado buenos dividendos. Los pequeños grupos que incitan a la
violencia sean de la corriente que sean, siempre tendrán mi repudio.
Solo apunto a que los jóvenes bailan, danzan, además. Y frente a
este escenario, me atrevo a decir que este país vive fuera de
realidad. Me pregunto: ¿podrán tomarnos en serio si bailamos,
danzamos, en las calles?. Los prefiero caminando, pacíficamente, con
puños en alto, pacíficamente, por las calles, pacíficamente. Los
prefiero gritando, pacíficamente, pacíficamente, por las calles. En
otros tiempos (no digo que hayan sido mejores, porque esta es otra
cantinela) se trataba de confundir menos las cosas. En los estados
republicanos el pueblo vota y luego con el mismo voto es “botado”
a la calle y al silencio. En los estados republicanos se pide permiso
para protestar : ¿se puede así?. Esto parece similar a cuando se
lanzan a las aves al patio (gallos, gallinas, patos, en fin) para que
jueguen, peleen, se distraigan, y luego los regresan al gallinero y
los encierran con candado. ¿Se puede así?. Frente a este escenario
me surge la molesta preocupación si estamos viviendo en una sociedad
real o en una sociedad ficticia. Chile está repleto de “genios”
o integrantes de “comités creativos”. Se me ocurre que de uno de
estos “insignes” salió la idea de bailar en las marchas, bailar
al estilo carnavalesco, mientras nos desangramos en tristes
telenovelas repetidas.
Escrito
por Carlos Amador Marchant, en 11 de mayo de 2016 (Valparaíso)
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