Imagen del Volcán Hornopirén y abajo el pueblo del mismo nombre (antes Río Negro Hornopirén). La foto corresponde a la década del 80.
Por fin se ha culminado la escritura de la novela “La Magdalena duerme en la Playa”.
Trabajo extraño por su conformación, tal vez por su historia, o es probable por la demora. Fueron varios años de experimentación.
No debo acallar que la envié antes a diversas evaluaciones. Esto significó deshacer la escritura en varias ocasiones. Incluso, por qué no decirlo, al paso de años, en algún momento decidí dejarla para siempre.
Y al decir “siempre” se entra, sin lugar a dudas, a derrotero bastante peligroso. Los episodios, por cierto, comienzan a alejarse, y corren peligro de quedar eliminados ad aeternum.
La novela está centrada en la década del 80 en un apartado lugar de la cordillera de Puerto Montt. La construcción del tramo inaugural de la Carretera Austral, frente al imponente volcán Hornopirén, son la escenografía de esta escritura.
Es, además, el tiempo detenido de la selva fría y pantanosa, mucho antes de la llegada del turismo actual. Es el villorrio con colonos apartados, con leones americanos rondando.
Es pues, una novela que fue dada por muerta y se reencontró en este 2019.
Después de "Los cururos de la Santa María", vino "La muerte viene en carta clandestina" y ahora esta nueva novela que comanda los días de final de año. ¿Qué viene ahora?. Pues retomar con energía la próxima obra denominada "El chino Germán".
La narración está contenta de haber llegado a su final. El autor, de alguna manera, también.
CARLOS AMADOR MARCHANT *2019 *
diciembre de 2019.-
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