(entrevista 1992-diario “La Estrella” de Arica)
De más está expresar que estas nuevas digitalizaciones las estoy
ejecutando por considerarlas de trascendencia histórica literaria. Y
si bien el poeta y narrador chileno, viajero incansable dentro y
fuera de Chile, ya no está con nosotros, este testimonio de época
anterior al Premio Nacional de Literatura logrado, registra su mirada
crítica del momento.
CARLOS AMADOR MARCHANT
Recientemente visitó nuestra ciudad
el conocido escritor nacional, poeta, periodista, estudioso de la
palabra escrita y crítico literario, Miguel Arteche, quien hasta
hace poco fuera subdirector de la Biblioteca Nacional y que durante
su vida ha recorrido casi todo Chile invitado por los Círculos
Literarios en donde siempre ha tenido una destacada participación.
El literato llegó a Arica invitado por la Dirección de Extensión y
Comunicaciones de la Universidad de Tarapacá, para el ciclo de
conferencias culturales. En la ciudad aprovechó, luego de efectuado
su trabajo en la Sala Centenario de esa universidad, de dialogar con
las agrupaciones que hacen palabra escrita en este suelo, con quienes
compartió impresiones.
Con Miguel Arteche dialogamos en el
departamento 501 del Azapa Inn. Nos esperó a las 11.30 horas y
cuando llegamos no hubo trámite alguno, ya que la puerta la mantuvo
“semiabierta”. Decimos esto porque al contrario de lo que piensa
mucha gente, con esa imagen que han hecho del escritor como una
persona agria, orgullosa, pensamos que todo no es más que una
utopía, aunque sigue siendo una persona que nunca ha dejado de ser
crítico con su entorno.
Miguel Arteche, ya había tomado su
desayuno, lo delataban algunas tazas y platillos con restos de café
sobre la mesa. Nos hizo sentar e inmediatamente entró en el tema que
le interesaba, cual es la problemática de la lengua en este
encuentro entre dos mundos, y que tratara en la UTA. Sin embargo,
nosotros hicimos lo posible por llevarlo por otros senderos para
poder abarcar de todo un poco, y logramos sacar opiniones
interesantes (por no decir quemantes) de este literato reconocido en
el ámbito nacional e internacional.
_ Miguel Arteche, específicamente
¿Cuál fue el objetivo del tema tratado en la conferencia ofrecida
en la Universidad de Tarapacá?.
_Primero debo decir que el título de
esta conferencia fue “El nombre perdido buscado en América”, lo
que en un principio parece un poco abstracto, pero se trata en
síntesis de lo siguiente: lo que se ha llamado el encuentro entre
dos culturas, la española y la indígena y que también se le ha
denominado “el choque entre dos mundos”; otros hablan de la
integración entre dos culturas, lo que como opinión personal
constituye un trauma, no porque lo haya querido el conquistador, sino
porque el hecho se produjo así.
Y además cuando una cultura superior
entre comillas, porque de esto habría que hablar más en profundo,
se enfrenta a una cultura aparentemente inferior, a pesar de que la
cultura Maya en ese momento, por ejemplo, en algunos aspectos era
superior a la que traía el conquistador; esto produjo un trauma. Yo
quiero dar un ejemplo de cómo se produce para mí éste, y es cuando
el conquistador tiene que nombrar las cosas que ve: los ríos, los
pájaros, las sabanas, las montañas, tiene que recurrir a un
mecanismo de analogía, es decir buscar una semejanza para poder
nombrar, y eso es en el fondo el mecanismo poético, metafórico. Sin
embargo, se encuentra, aunque no lo sepa, con otros denominativos que
son los que el indígena le puso a las cosas. Entonces entre este
apellido que pone el conquistador, entre esta operación poética que
significa nombrar, y el que ya han puesto los indígenas, refleja la
misma condición del trauma entre estas dos culturas. De tal manera
que en ocasiones el nombre del conquistador permanece. Sin embargo,
en otras oportunidades prevalece el del indígena. El ejemplo clave
lo produce la geografía americana cuando uno se encuentra con
nombres de ciudades donde está explícita la denominación indígena
y paralela a ésta la castellana para ser más exacto. Esto para mí
crea una lucha, un conflicto. Sobre esto traté en la conferencia.
_Usted ha sido catalogado como una
persona bastante crítica. Si nosotros hacemos hincapié en
generaciones anteriores, puedo recordarle que entre el año 1958, o
tal vez después, usted criticó fuertemente la poesía de Nicanor
Parra. ¿Qué puede decir al respecto y cómo considera, además, que
está en estos momentos la literatura chilena contemporánea?
_ Bueno, aquí hay dos preguntas.
Primero yo no sé si fue el año 1958 o tal vez después cuando se
realizó un encuentro de escritores en la Universidad de Concepción.
No sé si dije cosas fuertes sobre Nicanor Parra, pero sí estoy
cierto que dije cosas críticas sobre la poesía de Neruda. Partiendo
de la base que a mí me parece que sigue siendo superior la poesía
de Gabriela Mistral en algunos aspectos. Ahora en torno a Nicanor en
esos años pude haber dicho algo crítico hacia su poesía, opiniones
que sigo manteniendo. Por ejemplo, en ocasiones consultaban sobre la
antipoesía y yo contestaba que tenía bastante con la poesía para
preocuparme de la antipoesía.
La antipoesía según rótulo de marca
comercial entre comillas que coloca Nicanor Parra, es algo sobre lo
cual ya se había hablado. Sin embargo, yo creo que lo que Parra
hace, llámese antipoesía o no, es la introducción de lo coloquial
chileno dentro de la poesía. Lo curioso del caso es que
prácticamente el 70 por ciento de la forma que el poeta usa para
introducir esto coloquial, estos chistes chilenos, es una forma
absolutamente clásica, es el endecasílabo, donde introduce la parte
humorística. Esto es perfectamente legítimo, es la innovación de
Parra. No necesariamente original, porque Neruda ya lo había hecho
en la introducción de los términos coloquiales en “Residencia en
la Tierra” en 1935, cosa que se olvida. Pero el problema no es
éste, porque Nicanor Parra hace una excelente poesía, pero los que
lo siguen no la hacen. Parra como Neruda son el tipo de poetas que en
sí mismo son vates excelentes, pero que no son capaces de crear
verdaderos discípulos. Y cuando hablo de discípulos, me refiero a
jóvenes que los siguen y llegan a tener su propia originalidad.
El Neruda de 1940 con “Residencia en
la Tierra”, no produjo ningún poeta de calidad. El Parra del año
1960 (porque publica el 57 su libro de Poemas y Antipoemas, que es su
mejor libro), no ha producido ningún poeta de calidad. Siempre he
dicho que la antipoesía es el “sida” de la poesía. Sin embargo
en el caso de Parra, quien ha estado vacunado es solamente él,
porque él, precisamente, es la antipoesía, pero no los que lo
siguieron, ya que simplemente se limitaron a copiar algunos trucos
que emplea muy bien este poeta, sin la gracia de él, sin el oficio.
_Bueno después de Parra hacia
adelante, si nosotros nombramos a algunos poetas como Enrique Linh,
como Efraín Barquero, y pasamos rápidamente a la nueva generación
de Raúl Zurita, José María Memet, Jorge Montealegre y tantos
otros, ¿qué piensa de la poesía que nace a la vida pública del
72 hacia adelante?.
_Primero recordar a poetas de mi
generación que tú acabas de mencionar. Efraín Barquero, que está
un poco olvidado a pesar de que es un excelente poeta; Alberto Rubio,
que aunque ha publicado dos libros a lo largo de su carrera, es un
bardo que va a permanecer. Enrique Linh, que escribió una poesía
totalmente distinta a la que yo hago, pero muy original en su mundo;
y un poeta que es totalmente olvidado entre nosotros, pero que es
excelente y que escribe en California: David Rosemann Taub, de origen
judío, y que como persona es bastante extraño para comunicarse,
pero que es muy buen poeta y sin embargo completamente olvidado.
Paso a otra generación que se te
olvidó nombrar como Jaime Quezada, Armando Uribe Arce, que está un
poco separado de la generación, pero que va a caballo de la mía y
la que sigue. El caso de Raúl Zurita, es algo donde se mezclan dos
cosas que no debían, pero en donde está el mundo en que vivimos;
uno es el auténtico poeta con una visión muy original de la
naturaleza chilena. En este sentido es un hombre que ha innovado la
visión poética del paisaje chileno. Y paralelamente a esto está el
vate que utiliza ciertas técnicas contemporáneas de promoción,
digamos lo que en inglés se llama marketing y que en español se
traduce como “mercadeo”.
Lo que yo veo de original en él es lo
que acabo de plantear. Lo que no veo en él de original es tratar de
copiar ciertas técnicas para promocionarse. A mí me parece
legítimo que un poeta escriba y desee que el mayor número de
personas conozcan sus poemas, porque nadie escribe para sí mismo,
para encerrarse en una cápsula.
Si bien es cierto que la mayor
satisfacción que un vate tiene es cuando termina de escribir un
poema bueno, y que la gente lo conozca. Y esto es legítimo. Lo que
no parece tal es cuando se utilizan técnicas de mercadeo para una
promoción que va más allá. Esto que hizo Zurita de ir a una
galería de arte y masturbarse ante el público previo haber llevado
un fotógrafo, significa inmediatamente que se busca algo. Porque la
intención de masturbarse frente a un cuadro sin que exista un
fotógrafo a su lado es legítimo.
Los escándalos porque sí en la vida
del arte, de la pintura o en la poesía están absolutamente pasados
de moda, son cosas que se hacían en la llamada vanguardia entre 1910
y 1940 , llámense surrealistas, dadaístas, etc. Esto no me parece
de valor intrínseco para la poesía que hace Zurita.
_¿Usted considera que los procesos
sociales que ha vivido este país han perjudicado el ordenamiento de
generaciones actuales?.
_ Bueno, tú te referiste antes a la
generación dispersa y entiendo que tratas de mencionar a la que
vivió en el exilio. Este es un problema bastante serio y traumático
también, porque hasta donde yo conozco hay poetas de excelente
calidad que comenzaron a hacer su obra fuera de Chile, en el
destierro, y que son poco conocidos.
Yo creo que una de las labores que hay
que hacer y yo la traté de realizar mientras fui subdirector de
Bibliotecas, Archivos y Museos. Pero hay dificultades de orden
burocrático en el cual funcionan mal nuestras embajadas. Por
ejemplo, al pedir material llegaban tarde, mal y nunca. Entonces hay
un vacío enorme de la obra de los poetas en el destierro que no se
conocen, que deben conocerse y que necesitan integrarse de alguna
manera como nosotros, como yo, que vivieron en un destierro interior
que también existió.
Yo fui partícipe en octubre del año
pasado, cuando en una lectura de poemas, Hernán Lavín Cerda,
ofreció un trabajo que yo presenté y que duró cerca de una hora.
Esto me sorprendió de sobremanera. Yo conocía algunas obras de
Lavín Cerda, y la calidad de su poesía es sorprendente. Él, sin
embargo, está en este momento ejerciendo en una universidad de
México como profesor, y ya no va a regresar a Chile. Ese es otro
problema-drama del exilio, gente de calidad que ya no vuelve a
integrarse. Entonces hay que recoger todo este material, y si a mí
alguien me ayudara económicamente para hacer esta labor, yo la
haría. Sin embargo, no sé quién la va a realizar, recoger todo
este material e integrarlo completamente a la evolución de la poesía
que se ha desarrollado dentro de nuestra patria, lo que sería una
labor mucho más que patriótica, sino más bien de justicia en donde
se podrá aunar a dos estamentos que han funcionado sin poder
conectarse.
-¿Qué es lo más reciente que ha
publicado?-
-Yo estoy trabajando en estos momentos
becado por la Fundación Andes en un libro de poemas con creaciones
anteriores que he retrabajado y que me ha permitido (esta beca) una
cierta tranquilidad económica. Este mismo involucra alrededor de 50
poemas nuevos con temática relativamente distinta. Lo último que
he publicado es una antología que llamé “La tercera antología”
en Ediciones Corregidor de Buenos Aires. Esta misma incluye una
selección de textos de “Destierros y Tinieblas”, de “Noches”,
y otros no corregidos en libros aún. En cambio, al conversar con mi
editor he logrado percatarme que aún no entran textos de esta
Tercera Antología a nuestro país, motivo por el cual no he querido
presentar esta misma en Santiago, porque no tendría sentido aún.
_¿Qué le pediría usted al actual
Gobierno en torno a la literatura?
_Lo que te acabo de decir, un proyecto
que vaya más allá de la poesía, porque aquí hay que incluir la
novela y el cuento.
Pero esto mismo permitirá reunir a
dos ríos generacionales que no se han podido topar. Es lo primero
que le pediría.
_ La provincia es un tanto estrecha
en torno a la literatura. Usted ha viajado mucho y seguramente se ha
dado cuenta que aquí existen, a veces, pleitos, descalificaciones,
costando mucho poder llegar más allá de las fronteras provinciales
en cuanto a proyecciones. ¿que mensaje le daría a ellos?.
_ En primer lugar mi visión no es tan
pesimista como la tuya. En mis conferencias en provincias he visto,
por ejemplo, reacciones muy positivas. Otro ejemplo es que en
conferencias efectuadas en Puerto Aysén, ha asistido mucho más
público que en Santiago. Vale decir que desde el punto de vista de
lo que quiere decir un escritor, hay más interés en provincias que
en la capital. En cuanto a las peleas que se producen entre capillas
literarias me parecen absolutamente normales, lo que pasa es que se
acentúan más acá porque el espacio es más pequeño. Pero ahora si
tú vieras en Santiago cómo las capillas o las “mafias”
literarias se extienden; cómo algunos escritores son silenciados
porque son “reaccionarios”, o al revés, porque son
“revolucionarios”; o porque algunos son comunistas, o al revés
porque otros no lo son. O sea el sectarismo es por uno y otro lado;
entonces al ver esto, tú no te espantarías con estas peleas de
provincia. Sin embargo, el problema grave es cuando se extiende más
al continente, cuando la literatura latinoamericana es completamente
distorsionada, por algunos grupos o mafias con más accesos a los
medios de comunicaciones coparon y silenciaron a otros escritores más
importantes que no tienen la capacidad de defenderse desde el punto
de vista de la promoción, y que no manejan el mercadeo tan bien como
otros.
En cuanto a un consejo, esto es
difícil de llevar. Sin embargo, yo creo que lo que hay que hacer es
acelerar el oficio al máximo, aun cuando no tengo recetas para
solucionar la distancia desde acá hasta el centro, es decir la
capital.
_¿Usted se siente satisfecho con
lo que ha hecho en su vida respecto a la literatura. Le ha sido
difícil como a otra gente?
_Yo he sufrido como cualquier poeta
para hacer su obra. He sufrido en la parte espiritual, en la parte
física, no hay que olvidar que soy padre de una familia numerosa,
además de haber vivido mi vida dedicada al periodismo en “El
Mercurio”, “Ercilla”, “Mampato” y otras. De manera que es
esto lo que le ocurre a un poeta en América Latina. Tampoco es
distinto a lo que le ocurre a un vate en el otro continente, en donde
tiene que mantener un segundo oficio. Uno puede pensar que Neruda
logró dedicarse toda su vida a escribir poemas, lo cual
paradójicamente para mí es malo, porque se puede tener una beca de
un año como el caso mío. Sin embargo, existir toda la vida dedicado
a escribir poemas es malo porque no se vive, no se experimenta como
ser humano. En el caso de Neruda, y por su grandeza no se ha dicho
nunca, es un hombre que nunca trabajó. Cuando él llega de Temuco a
Santiago y entra a estudiar francés, carrera que dejó, el año 1927
sale al servicio exterior como cónsul. Lo pasa mal. Está solo,
además que el consulado le da muy poco dinero. Después vuelve y
deja este servicio, luego lo toma de nuevo, va a México, a Buenos
Aires ( el orden no importa), y a continuación vive en Isla Negra,
pero no trabaja como tú y yo, que hemos tenido que trabajar para
alimentar una familia. Y esto a mi entender menoscaba la obra de un
poeta, la debilita, a pesar de que el oficio de poeta que es Neruda,
le permite hacer creaciones como “Odas elementales” que están en
otra dimensión, sin embargo lo debilitan humanamente.
_¿Satisfecho con su labor?
- No. No voy a estar satisfecho ni
cuando muera, ni cuando esté agonizando. Porque uno puede estar
satisfecho cuando algunos poemas personales están en bastantes
antologías importantes de Chile y del extranjero. Pero ocurre un
fenómeno doble: cuando ha pasado mucho tiempo desde que uno escribió
un poema que aparece en muchas antologías, sucede un fenómeno
curioso que uno no lo siente como propio, sino más bien como si lo
hubiese escrito otra persona. Por lo tanto siempre se está pensando
en el próximo poema que va a escribir, y terminado éste piensa en
el próximo, por lo tanto nunca se puede estar satisfecho, y esta es
la misión del poeta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Entrega tu comentario con objetividad y respeto.