En
varios de mis escritos mencioné que dialogar con un chofer de taxis
colectivos, mientras te trasladas por el puerto de Valparaíso,
siempre resulta comida llena de condimentos. Y precisamente en una de
mis últimas incursiones por estas canchas, un tipo que terminó
reconociendo haber sido carabinero dado de baja tras ser pillado en
maniobras delictivas (paradoja), las emprendió con dichos diversos.
El tipo, que a la sazón, transmitió un acento más de malandra que
de ex uniformado, antes de darme a conocer (más bien reconocer)
haber sido echado de la institución, usó mucho la palabra “sombra”.
Mi pregunta original hacia él había sido: ¿es peligroso trabajar
de noche por los cerros?. Y la respuesta no se dejó esperar: ¡como
todo trabajo, cachai. En todas partes hay peligro!. Y continuó
diciendo: “Pero yo detecto a estos perritos, los huelo, les veo la
“sombra”-”. Está bien, le respondí, pero ocurre que se
conocen robos en barrios pudientes de Santiago, donde se bajan
“personas” de buena presencia y hermosos rostros, y se trasladan
además en vehículos carísimos. ¿Cómo reconocer entonces a este
tipo de delincuentes?. Me miró casi con furia y esgrimió: “a
estos perros los huelo de lejos, y a mí no me engañan...LES VEO "LA
SOMBRA”
Escrito por Carlos Amador Marchant, el 15 de agosto de 2016 (Valparaíso-Chile)
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