En
la década del 60 del siglo 20, el famoso Cerro El Dragón de Iquique (norte de
Chile), se encontraba lejos de la ciudad. El pequeño puerto de madera podía
observarlo desde su costa. La majestuosidad de esa duna (casi 4 kilómetros de largo
y 200 metros
de altura), era su impresionante similitud con un dragón recostado, con su cola
inmensa arrastrada. En la época se contaban muchas historias respecto a
él. Incluso, no faltaban quienes expresaban que debajo de esos arenales se
hallaba una de esas bestias geológicas. La peligrosidad de ese cerro de arena
era, por otro lado, según decían algunos, que en un posible ventarrón nortino, este podía enterrar a la ciudad histórica. Pero hoy en día el cerro El Dragón
está rodeado de casas, de poblaciones. Incluso un familiar mío vive por sus
alrededores. Yo estuve en esa casa el año 2010. Y cada vez que me levantaba por
las mañanas, al ver todavía esas arenas, me parecía estar tocando la piel del
animal, el mismo que muchas veces me embadurnó de temores.-
Escrito por Carlos Amador Marchant el 07 de julio de 2014.
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