En
las redes sociales se habla de todo y, sin estar en desacuerdo con
este excelente mecanismo de comunicación, hay que decir también que
en muchas ocasiones son utilizadas para desviar la real visión de un
determinado asunto. En el tema de actualidad, es decir, en este tema
que nos enfrasca por más de una semana, me refiero al macro incendio
en el centro-sur de Chile, se ha dicho de todo. No cabe la menor duda
que acá hay un escenario confuso que debe ser investigado a fondo, y
rápido. En medio de tanta masacre que le toca soportar a este país,
por supuesto quienes más sufren son los representantes de la heroica
clase pobre de esta nación. Si bien se habla de incendio (s)
provocado, la pregunta es cuál es el motivo o los motivos:
¿políticos?. ¿desviar atención a demandas sociales?. Lo que sea,
sólo que ahora se trata de un problema muy serio, es un problema de
devastación, donde se arrasó con miles de hectáreas y donde la
gente lo perdió todo. Es más, el dinero que se ocupará acá para
restauración (y que nunca será suficiente) pudo haber servido para,
precisamente, solucionar parte de muchas demandas. Así es Chile.
Sin
embargo, hablamos de las redes sociales. Comenté en este blog sobre
el aporte de Lucy Ana Avilés y la traída del avión Supertanker,
que en este momento se encuentra ejecutando labores de extinción. En
las redes sociales se habló-se habla de todo. Algunos expresan que
este avión más que apagar hace que el fuego se expanda, que viene
siendo un instrumento ineficaz, etc. A la Avilés le han escudriñado
hasta su vida privada. ¿Pero, qué tiene que ver una cosa con la
otra?. Así actúan algunos. Lo peor es que hay muchos que creen en
estas atrocidades, le dan crédito al vilipendio. Y a quien viene a
ayudar hay que prestarle una atención como se merece. Debo hacer
notar que este incendio (de acuerdo a informaciones recientes) lleva
400
mil hectáreas de terreno consumidas.
En
las recientes horas se anunció la llegada de un avión Ruso, el
Ilyushin
II-76
que tiene una capacidad un poco menor que el anterior, pero igual de
efectivo. Frente a la posible llegada de éste no faltó (faltaron)
quien comenzó con la cháchara de siempre, que los rusos son
peligrosos, que vienen espías, que el marxismo leninismo, que vienen
a buscar algo político, en fin.
En algunos medios informativos llaman a la calma a la
ciudadanía y a no dejarse llevar por rumores falsos, de mal talante.
Además, exhortan a fijarse en la fuente, es decir, a verificar si la
información es correcta o si se trata de infamias para confundir. Esos medios están en lo correcto.
Lo
importante de todo este cuento terrible es que hay una ciudadanía
que se está sacando la mugre en el terreno mismo, con amor a la
patria, con amor sincero. Lo han perdido todo, pero están ahí,
luchando contra la adversidad.
Imágenes
que podemos observar provocan tristeza y al mismo tiempo impotencia.
¿Qué está sucediendo con el hombre? ¿Dónde han quedado los
valores, la solidaridad? ¿Dónde ha quedado la palabra paz?. Son
preguntas que muchos se hacen.
Y
el incendio sigue. Y la gente continúa luchando.
Finalmente: Dejemos
de denostar. Dejen de sacar dividendos políticos con
las desgracias.
Escrito
por Carlos Amador Marchant, en 27 de enero de 2017-Valparaíso.
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