En el peor de los casos mi diafragma
en torno a temas que conciernen a la realidad en los medios, está
centrado en la desconfianza casi general respecto a lo que recibimos,
a diario, como información oficial. Habiendo trabajado en empresas
periodísticas (radios, prensa escrita formato papel) sé, fehaciente, de
la manipulación informativa para defender la línea editorial
predominante dentro del sistema. Concretamente el tema resulta
asfixiante. Es algo que desespera hasta la saciedad y, como tal,
habría que buscarle formas de salidas. Es verdad que los llamados
“poderosos” tienen la sartén por el mango, pero si el dramaturgo
español Calderón de la Barca, en el siglo 17 dijo que la vida es
sueño, a esto habría que agregar que, a la larga, la vida también
es un juego. Es un juego, eso sí, peligroso. Primero, hay que tener
claro que todos, sin excepción, vamos a morir. Quien no maneje esta
información “real” está viviendo en burbujas. Si manejamos este
concepto con responsabilidad llegaremos a la conclusión que, los
llamados “poderosos”, saben mover las piezas del ajedrez. Es
decir, la vida es un sueño, pero a la vez es un juego que hay que
saberlo jugar. Vicente Huidobro, el poeta, puso énfasis en el
“rigor”. No se equivocaba. Ahí está todo. El resto es “paja
molida”.
Escrito por Carlos Amador Marchant, en 17 de abril de 2018.-
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